LN – A 16 años de la histórica nevada en Buenos Aires: qué condiciones deben darse para que se repita y cómo se vivió en 2007

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Desde 2007, el 9 de julio no es sólo una fecha patria para quienes viven en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en distintos centros urbanos donde. Hace 16 años, en una jornada muy fría que luego pasó a ese histórica para esta zona del país, las calles se tiñeron de blanco y el Día de la Independencia quedó asociado en la memoria colectiva como “el día que nevó”.

“La gran nevada del 9 de julio”, un espectáculo inesperado, duró casi diez horas, lo suficiente para hacer muñecos y jugar a la guerra de bolas de nieve. En tiempos con una actividad mucho menor en las redes sociales, la novedad invadió los medios de comunicación, fue tapa de los diarios y se convirtió en el tema de charla en las familias y grupos de amigos.

De acuerdo a los datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), ese año fue el más frío desde que el organismo tiene registro y ese mes en particular tuvo “una serie de eventos meteorológicos que desencadenaron una copiosa nevada en la ciudad de Buenos Aires, varias localidades del conurbano y del interior bonaerense, así como también en La Rioja, el sur de Santa Fe, Córdoba, San Luis, norte de Mendoza, San Juan y Catamarca”.

Nieve en Buenos Aires
@Loreallofme

En el Gran Buenos Aires, Morón fue la primera localidad en reportar el cielo cubierto. Sin embargo, en la Ciudad de Buenos Aires las temperaturas alcanzaban los 4°C y no había indicios suficientes para prever que los copos de nieve llegaran sólidos a la superficie.

Con el transcurso de las horas, localidades como Ezeiza, empezaron a registrar el fenómeno y la lluvia que caía en el centro de la ciudad de Buenos Aires de a poco estaba enfriando el aire cercano al suelo. Alrededor de las tres de la tarde, el termómetro marcaba 2.6°C y la sensación térmica se ubicaba en -1.2°C, un valor suficiente para que la nieve llegara sólida.

Para que se produzca nuevamente ese fenómeno deben coincidir distintas variables climáticas como una masa de aire polar instalada por un tiempo en regiones donde habitualmente no ocurre y temperaturas bajo cero o cercanas al cero en distintas capas de la atmósfera. A todo lo anterior se deben sumar las condiciones propicias para que haya precipitaciones.

Como no ocurría desde hace mucho tiempo, 89 años después, volvía a nevar en Buenos Aires y muchas personas conocían la nieve de esa forma. Las huellas de los pies marcadas, los dibujos sobre los autos cubiertos, el reflejo blanco en la noche oscura y la escena con niños, jóvenes y adultos jugando al aire libre durante aquel feriado constituyen la imagen de aquel día extraordinario en términos climáticos y emocionales para la memoria colectiva.




Publicado en el diario La Nación

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