LN – Guido Pella: el retiro de un zurdo exquisito, campeón de la Copa Davis que llegó a ser 20º del ranking y tiene su nombre en la placa dorada del tenis argentino

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A veces no hace falta ser el mejor para quedar en la historia. Sólo hay que entender el valor del aporte necesario en el momento indicado. Un aporte para lograr una hazaña. Aceptar la responsabilidad y no fallar. No fallarles a los compañeros y no fallarse. El eslabón que Guido Pella constituyó en la cadena que unió ese grupo fue sólido y confiable.

Indispensable para concretar el más anhelado de los trofeos que se adeudaba el deporte argentino. Así él se convirtió en uno de los héroes de la Copa Davis. Un recorrido por el mundo, sin localías, durante 2016 que concluyó con el punto más alto de su carrera. Ése que les cambió la vida a todos los integrantes de ese equipo.

Pella, con la Ensaladera de Plata en Zagreb, en 2016.

La fría crónica sostiene que el tenista bahiense Guido Pella anunció en las redes sociales este viernes, esta noche, su despedida del tenis profesional, luego de 16 temporadas en el circuito de la ATP. El zurdo de 33 años remarcó: “Con una mezcla enorme de sensaciones y un alivio muy grande decidí ponerle punto final a mi carrera como tenista profesional. Fue un viaje increíble con muchas cosas lindas que me permitieron vivir momentos que no todos pueden”, sostuvo quien se ubica en el puesto 189 del escalafón internacional.

En la Fontana Di Trevi, con Stephanie Demner y su hija, Arianna.

“Quiero agradecer a mi familia que siempre estuvieron conmigo y que me contuvieron para que llegue lo más entero posible al Abierto de los Estados Unidos, que sabían que iba a ser mi último torneo”, escribió el bahiense. “También quiero agradecer a mis amigos del circuito (ustedes saben quiénes son) y a mis compañeros de Copa Davis, que me hicieron vivir momentos increíbles”, amplió.

Fue, en efecto, campeón de la Copa Davis. Lo consiguió en 2016, en uno de los golpes sobre la mesa más grandes del deporte argentino en su historia. Se trata del segundo que oficialmente colgó la raqueta en ese cuarteto de héroes, como lo había hecho Leonardo Mayer. Juan Martín del Potro no cerró su trayectoria deportiva, aunque está inactivo desde hace mucho tiempo, y Federico Delbonis sigue intentándolo. Pella, el hombre de Bahía Blanca, fue el único que estuvo en todas las series de aquel recorrido inolvidable, siempre como visitante: Polonia, Italia, Gran Bretaña y Croacia, el adversario del cruce inolvidable.

Top 20 en el mundo: ese logro fue alcanzado el 19 de agosto de 2019. En esa temporada accedió a los cuartos de final de Wimbledon. Y su único trofeo del circuito ATP, el de San Pablo. Termina 189º del ranking, algo impropio de los varios buenos momentos de su carrera, víctima de diversas dolencias físicas.

La única conquista en el circuito, en Brasil

Un hombre distinto, profundamente pensante. Pudo dejar el deporte años atrás, desgastado por el ambiente y sus consecuencias. Cuando Pella logró ese primer título de campeón, en Brasil, lloró como un niño. Superó por 7-5 y 6-3 al chileno Christian Garín y se consagró luego de cuatro definiciones perdidas. Después del punto decisivo, terminó llorando abrazado a su entrenador, José “Chucho” Acasuso, un amigo de la vida.

“Quiero agradecerles a todas las personas que vinieron toda la semana. No es fácil que un argentino venga a Brasil y los brasileños canten por él. No quiero olvidarme de Christian. Sé lo que estás pasando, pero ya te va a tocar otra vez. Y mención especial a mi entrenador. Quiero dedicárselo a él, a mi familia, a mi novia, y a toda la gente de Argentina que siempre creyó en mí”, dijo en aquella premiación.

El punto decisivo y el festejo por la consagración en la Davis

Suele reaccionar por impulsos, pero actúa en forma calculadora, contaba en LA NACION en una charla en febrero pasado. Autoexigente, varias veces quiso dejar el tenis, pero una y otra veces recuperó el estímulo. “No es fácil aguantar a un tipo tan negativo”, admitió, cuando no conseguía su primera copa. En octubre de 2021, luego de perder en la rueda inicial de Moscú, guardó las raquetas, y no volvió a jugar durante más de un año. Una lesión crónica en la rodilla derecha y el nacimiento de su hija (Arianna, fruto de su pareja con la modelo Stephanie Demner) lo alejaron del tour. Sin embargo, el fuego interno volvió a encenderse. Y duró ahora.

Su último partido fue una derrota ante Lloyd Harris por 7-6, 6-4 y 6-4 en la primera etapa del US Open. En la cancha 14, mostró que seguía vigente en el juego, pero su cabeza ya viajaba por otros mares.

Dos preguntas y dos respuestas avizoraron el futuro.

La zurda de Guido Pella, en acción en un saque.

–¿Cómo te sentiste sin el tenis?

–Me gustó, la verdad. Fue un cambio rotundo en mi vida, pero siempre que tomé una decisión fue para cortar algo de raíz. No soy bueno para tomar decisiones a medias. Me acuerdo que terminé de jugar en Rusia y le mandé un mensaje a mi familia: “No juego más”. A partir de ahí viví otra etapa de mi vida, mucho más tranquilo, más contento, sin tantas preocupaciones. Empecé a dormir mejor. Veníamos de la pandemia y la pasé mal cuando retomamos el circuito, hacía un gran esfuerzo para competir y al prize money lo habían cortado un 50%. Me sentía incómodo, no me bancaba muchas cosas. Me di un tiempo y, al mes, Stephi quedó embarazada. Me vino increíble, lo transité espectacularmente y estuve desde el primer día hasta el último del embarazo. No me perdí ninguna consulta con el médico. Hoy valoro mucho eso.

Con Roger Federer; una foto que valorará aun más tras el retiro.

–¿Y cómo recuperaste las ganas de competir?

–Cuando me enteré de que iba a ser papá, le dije a Stephi: “El tenis se terminó”. Mi idea era recuperarme de la lesión de rodilla y volver en abril o mayo de 2021. Pero al ser papá me nació intentarlo de una manera distinta. Poniéndole la dedicación de siempre, pero viajando en familia, que era lo único que no había hecho en mi carrera. Siempre fui un poco reacio a que me acompañaran porque es como poner en pausa la vida del que está al lado, ya que viajamos mucho. Este año voy a viajar todo lo que se pueda en familia y veremos qué pasa.

Y lo que pasó llegó hasta este viernes. Y claro que todo valió la pena: fue un hermoso viaje.



Publicado en el diario La Nación

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