La Ciudad se propone dar un salto inédito en materia de colaboración público-privada enfocada en la seguridad: la instrumentación de un programa de protección de “objetivos sensibles” ante eventuales ataques terroristas.
El objetivo es que toda institución que cuente con personal civil idóneo dentro de sus instalaciones para proveer servicios de vigilancia o custodia armada se inscriba en un listado y, al mismo tiempo, informe quiénes y cuántos serán esos guardias que podrán usar armas para prestar sus tareas.
Ese personal –que, obviamente, debe contar con su condición previa de Legítimo Usuario (LU) de armas de fuego al día– deberá participar de la diplomatura cuatrimestral de custodia de objetivos sensibles que se dicta en el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) de la Ciudad, en el cual adquirirá conocimientos tales como implementación de planes de evacuación, identificación de personas, situaciones u objetos sospechosas, y estará en condiciones, además, de interactuar con la policía que actúe en la vía pública o en anillos exteriores de protección, en caso de un evento especial, como, por ejemplo, la presencia de una personalidad nacional o internacional de alta exposición en una institución privada de cualquier tipo.
Esta iniciativa forma parte del convenio firmado en los últimos días por el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, y el director nacional de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC), Juan Pablo Allan. En el mismo acto, ambos suscribieron otro acuerdo que posibilitará la creación del Registro de Armas de la Ciudad de Buenos Aires (Racaba), que funcionará, en los hechos, como una suerte de mandataria del registro nacional para los trámites y que contará, además, con la posibilidad de hacer estadísticas propias en la materia.
“Este convenio firmado con la ANMaC viene a regularizar una situación ‘gris’ que enfoca el estatus de tenencia de armas dentro de ámbitos privados. Hoy, si alguien quiere contar con personal de vigilancia para su casa, su empresa, un recital o una institución debe contratar empresas de seguridad habilitadas o un servicio de policía adicional. Pero en los hechos, hay personas que tienen habilitada la tenencia de armas y actúan de forma voluntaria o vocacional, o incluso personal policial o militar retirado que tiene portación y que son contratados como cuentapropistas, sin que el Estado se entere. Hoy venimos a resolver eso: no se podrá tener personal armado dentro del ámbito privado salvo que se denuncie que se trata de un objetivo sensible”, explicó Waldo Wolff a LA NACION.
La lista de posibles objetivos sensibles es amplia. La historia trágica de la Argentina reciente indica que las distintas instituciones de la comunidad judía (mutuales, clubes, colegios, sinagogas, templos) son “sensibles de terrorismo”, como señaló el ministro en una reciente entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN). Los niveles de alerta, obviamente, escalaron en el último año por la guerra en Medio Oriente. Pero no necesariamente se piensa exclusivamente en células de Hamás o Hezbollah como vehículos del peligro. Los “lobos solitarios” también se destacan entre las hipótesis de conflicto, y otro tipo de instituciones pueden aparecer en la mira, como ser centros culturales, grandes teatros o universidades. Por eso, esta iniciativa busca que la cooperación y coordinación entre el sector privado y el público maximice la efectividad de las distintas herramientas de prevención y fortalecer la seguridad en lugares que podrían ser potenciales objetivos de ataques terroristas.
Explicó Wolff: “La institución que se considere un ‘objetivo sensible’ deberá declarar cuántas personas están adentro de sus instalaciones armadas y quiénes son. Deberán cursar una diplomatura de objetivo sensible, que dura un cuatrimestre y se cursa en nuestro instituto de formación, para que aprendan todo lo relativo a la seguridad a la hora del armado de un evento, el control de acceso, la identificación de sospechosos, de paquetes, de primeros auxilios y de planes de evacuación”.
“Con Juan Pablo Allan descubrimos que hoy actúan como custodios armados personas que tiene portación o tenencia, un montón de policías que hacen adicionales, personas que ni te enterás de que están armados dentro de una institución. Por eso, les decimos ‘ya que tenés tu condición de legítimo usuario y hacés una custodia, hacé un curso, registrate y validaremos lo que estás haciendo en negro en los objetivos. Les exigiremos que hagan la diplomatura en objetivos sensibles y que venta a validar su estatus todos los años. Si alguien hace esa diplomatura, tiene su credencial de legítimo usuario en regla y cumple con los requisitos, le daremos el permiso para cumplir la guardia armada en el ámbito interno”, precisó el ministro.
Wolff concluyó: “Esto no existe en el mundo. Para mí es un gran desafío personal, ya que empezamos a hacer algo que no está regulado y que es algo entre público y privado. En algunos lugares van a tener que contratar gente idónea o formar a quienes hoy ya lo hacen de manera voluntaria o vocacional. Esto dará un marco legal, certezas jurídicas a todos los participantes. Hay que reglamentarlo. Es una declaración jurada y el que cumpla con los requisitos tendrá cobertura. Esto optimizará la respuesta”.
Publicado en el diario La Nación