Clarín – La Bienal de Venecia 2026 seguirá la visión de Koyo Kouoh tras su fallecimiento
Gran reconocimiento para una curadora que todavía llora la escena artística mundial, particularmente la africana. La inesperada y prematura muerte de la comisaria Koyo Kouoh, a los 57 años, ocurrida el 10 de mayo último, cuando la flamante directora artística de la 61ª Bienal de Arte de Venecia –que abrirá sus puertas en mayo de 2026– se aprestaba a anunciar su propuesta curatorial, obligó a la organización del mayor evento mundial del arte a buscar una solución de emergencia.
En la esperada rueda de prensa de hoy, en la Sala delle Colonne de la sede permanente de la Bienal, cerca de la Plaza San Marcos, se anunció que se continuará con la propuesta de Koyo Kouoh, que murió de un cáncer fulminante. El lema será “In minor keys” (“En claves menores”); la monumental vidriera del arte abrirá al público el sábado 9 de mayo hasta el domingo 22 de noviembre de 2026.
La pre–apertura, que se anticipa siempre tres días a la apertura general, será los días 6, 7 y 8 de mayo del año próximo, tanto en Arsenale como en Giardini, los grandes espacios expositivos de países y artistas invitado, así como en otros palacios y sitios culturales de Venecia.
El título y la visión curatorial de la 61ª Exposición iba a anunciarse en principio el 20 de mayo pasado, pero la repentina muerte de Kouoh lo retrasó unos días. Era la primera mujer africana en ser nombrada directora artística de la Bienal de Arte, todo un acontecimiento para su continente de origen.
La consternación de artistas, curadores y figuras del arte mundial se explica en que Kouoh era una figura clave del arte contemporáneo africano. Desde 2019 se desempeñaba como directora ejecutiva y curadora jefe del Zeitz Museum of Contemporary Art Africa en Ciudad del Cabo.
Los organizadores consultaron con la familia de Kouoh si podían continuar con la propuesta que ya había formulado a la Junta Directiva de la Bienal. Los herederos de Kouoh prestaron su total apoyo –según se dijo en la rueda de prensa– para que el proyecto se lleve finalmente a cabo tal como lo concibió y lo definió, “con el propósito adicional de preservar, enriquecer y difundir ampliamente sus ideas y la obra que desarrolló con tanta dedicación hasta el final”, según se anunció.
Nacida en Camerún y emigrada a Suiza con su madre cuando tenía 13 años, Koyo Kouoh trabajó muy especialmente la cultura africana, con exposiciones centradas en el feminismo. Su trabajo en la Bienal se desarrollaba, según comunicó la institución, con “pasión, rigor intelectual y visión”. Su elección como comisaria de la próxima Bienal de Arte fue celebrada en el escenario artístico por su compromiso con el pensamiento crítico, su enfoque pan–africanista y su sensibilidad hacia las prácticas curatoriales feministas, según recogieron los medios especializados tras su muerte.
El 17 de octubre del año pasado, Koyo Kouoh aceptó con entusiasmo la invitación del presidente de la Bienal de Venecia, Pietrangelo Buttafuoco, para asumir el comisariado de la próxima exposición en 2026. La Junta Directiva de la Bienal de Venecia la nombró directora del Departamento de Artes Visuales.
Entre mediados de octubre de 2024 y principios de mayo de 2025, Koyo Kouoh trabajó intensamente en el desarrollo del proyecto curatorial, definiendo su marco teórico, seleccionando a los artistas y las obras que serán parte de la Exposición, designando a los autores del catálogo, determinando el diseño gráfico de la próxima Bienal y la disposición de los espacios expositivos. Había ya establecido un diálogo con los artistas invitados a participar.
Los tonos menores de Koyo Kouoh
“En claves (también podría interpretarse como tonalidades) menores” fue el título elegido por Kouoh. Lo definió en abril de este año. En una carta al presidente Buttafuoco, la comisaria escribió: “En octubre de 2024 tuve el gran honor de ser nombrada curadora de la 61ª edición de la Bienal de Arte. Es un placer compartir hoy con ustedes y su equipo el marco filosófico que guiará mi curaduría de la exposición”.

Hoy se conoció el texto curatorial que Kouoh había preparado para la presentación de su propuesta en la Bienal de Arte.
Publicado por el sitio universes.art y con el título elegido por la curadora, el artículo de la comisaria fallecida comienza con varios paréntesis en los que propone respirar profundo, cerrar los ojos, bajar los hombros, como cuando uno se prepara para una meditación.
De inmediato subraya: “Esta es una invitación a encontrar estas palabras en las condiciones físicas, meteorológicas, ambientales y kármicas inmediatas en las que te encuentran. Para bajar el ritmo y sintonizar con las frecuencias de las claves menores. Porque, aunque a menudo se pierde en la angustiosa cacofonía del caos actual que azota el mundo, la música continúa. Las canciones de quienes producen belleza a pesar de la tragedia, las melodías de los fugitivos que se recuperan de las ruinas, las armonías de quienes reparan heridas y mundos”.
Es un texto muy bello y poético, donde Koyo Kouoh dejó escrito su legado para la próxima Bienal: “La clave menor en música alude tanto a la estructura de una canción como a sus efectos emocionales. Es una idea rica, tan rica que rápidamente desborda su definición técnica y se desborda de metáforas. Evoca estados de ánimo, melancolía, llamada y respuesta, la morna (música caboverdiana), el lamento, la alegoría, el susurro”.
Y continúa: “Las tonalidades menores son también las pequeñas islas, mundos en medio de océanos con ecosistemas distintivos e infinitamente ricos, vidas sociales que se articulan, para bien o para mal, dentro de formas políticas y apuestas ecológicas mucho más amplias. Aquí, la evocación de la clave y la isla se extiende a un archipiélago de oasis: jardines, patios, complejos, lofts, pistas de baile: los otros mundos que crean los artistas, los universos íntimos y cordiales que refrescan y sostienen incluso en tiempos difíciles; de hecho, especialmente en tiempos difíciles”.
Y anticipa –de alguna forma– lo que será la mega exposición que Kouoh soñó para 2026: “La 61ª edición de la Bienal de Arte se basa en la profunda convicción de que los artistas son intérpretes vitales de la condición social y psíquica, y catalizadores de nuevas relaciones y posibilidades. La composición de la exhibición se compone de prácticas artísticas que abren puertas, refrescan y nutren, incitan a la relación y al vínculo, y que impulsan el concepto y la forma a través de redes y escuelas, entendidas de forma libre e informal. El efecto buscado mezcla la cohesión y la disonancia a la manera de un conjunto de jazz libre, o quizás, a la escala de la Bienal de Arte, un festival de conjuntos con una premisa común: que la poética libera y que las personas crean belleza juntas”.
Un equipo que sigue un legado
La ausencia de Kouoh no podrá ser sustituida, pero el equipo formado tendrá el desafío de plasmar lo soñado por la comisaria fallecida. La edición del año próximo contará con la contribución de profesionales seleccionados y directamente involucrados por Koyo Kouoh. El equipo está formado por los asesores Gabe Beckhurst Feijoo, Marie Helene Pereira y Rasha Salti, así como el editor jefe Siddhartha Mitter y el asistente Rory Tsapayi.
En tanto, fuentes de la Cancillería argentina que estuvieron atentas a la rueda de prensa de hoy en Venecia, ya pusieron manos a la obra para trabajar en la convocatoria camino a la Bienal de Arte 2026 y convocar a los jurados que tendrán la responsabilidad de elegir el proyecto que mejor interprete el sueño de Kouoh que es en definitiva el perfil que la Bienal de Arte quiere mostrar al mundo.

Todos los detalles del proyecto, según publica la Bienal en su sitio web, incluida la lista de artistas invitados a la Exposición Internacional y la lista de países participantes se anunciarán en la presentación del 25 de febrero de 2026.
De paso, la Bienal de Venecia pasó dos avisos: el año que viene habrá una colaboración muy especial con Bvlgari que, desde 2026, será el socio exclusivo de la Exposición Internacional de Arte durante tres ediciones consecutivas; esto es desde 2026 hasta 2030. El patrocinador principal de la Bienal es el Café Illy. También se consigue en Argentina, para los interesados en un buen café ante la ola polar que se viene.